Vida

Aquí tenéis mi microrrelato para la III Edición Microrrelatos SMs


Dicen que el tiempo lo borra todo... menos el sentimiento que te deja un libro cuando lo cierras.


Si te gusta, puedes votarlo aquí.

Sueños

Aquí tenéis mi microrrelato que presenté a los premios de Microrrelatos SMs 2011

Hace tiempo encontré… un libro donde cada página te llevaba al país soñado. Que pena que me despertara...

Sin libertad

Aquí tenéis mi microrrelato que presenté a los premios de Microrrelatos SMs 2010

No quedaban libros… que nos hicieran soñar. Los quemaron todos en algún lugar lejano, donde las lágrimas de los lectores no pudieron llegar...

Ella

Mirar por la ventana, coches que vienen y van. El mundo gira y gira a nuestro alrededor, y Ella se queda pensativa. Apoya su cabeza en una mano mientras con la otra toca la ventana. Piensa en cada persona que sus ojos casi no ven, ¿qué harán? ¿A dónde irán? Ideas, ideas y más ideas que se le ocurren y que podría plasmar en un papel.

Se gira y se dirige al escritorio, se sienta en la silla y coloca sus manos encima del teclado.

“A veces la mejor forma para poder escribir es observar el mundo”, piensa Ella, “está lleno de ideas”.

Fan Fic Medianoche (Un buen comienzo), y explicaciones

¡Hola a todos!
Sí que hacía tiempo que no actualizaba el blog (desde el año pasado). Había incluso pensado en cerrarlo, pero luego recapacité :) Como vereis, le cambié el nombre al blog, ahora se llama "Un relato para sonreir" y el formato también es distinto.

Hoy he decidido colgar un Fan Fic que escribí para el concurso Rosas Oscuras de Juvenil Romántica. Es la continuación del primer capítulo de Medianoche, de Claudia Gray. Espero que os guste :)

Todos los personajes son de la autora Claudia Gray.

Un buen comienzo

Meneé la cabeza hacia los lados, no podía creer que se hubiera ido, ni que fuera un vampiro…

¡Qué tontería! ¿Lucas un vampiro? ¡Lo que me faltaba por pensar! Debería dejar de leer tanto pero en fin, ya no podía hacer nada, me encontraba sola en mitad del bosque ensimismada en mis pensamientos. Cogí mi bolsa y regresé a Medianoche.

Ya dentro del edificio me sentí mejor, no sabría decir por qué, pero la idea de poder ver a Lucas por la Academia me tranquilizaba, quizás esto no fuera tan malo como pensaba. Subí a mi habitación para terminar de recoger las cosas y trasladarme al otro cuarto. Tendría que compartirlo con dos compañeras más, y la verdad que la idea no me entusiasmaba, como todo lo de aquí, no había nada que me importara, a excepción de mis padres claro, o mejor dicho, mis profesores.

Suspiré, indignada, ¿y no podrían haber venido ellos solos y haberme dejado allí en el pueblo? ¡Qué ya era mayorcita! Pero nada, no hubo forma de convencerles.

Cogí las maletas y bajé las escaleras en dirección a la entrada. Nada más aparecer allí, vi que ya habían llegado unos cuantos alumnos solos, sin padres.

Mi mirada empezó a ir de la cara de un alumno a otro, intentando descifrar por qué estarían aquí. No creía que sus padres trabajaran aquí, sino hubieran estado aquí conmigo, haciéndome compañía. En ese momento había cinco chicas y cuatro chicos. No estaba mal, con lo grande que era el edificio, jugar al escondite iba a ser complicado para quien le tocara buscar a la gente.

Volví a menear la cabeza, ya me valía a mi edad pensar en juegos de niños, pero viéndome sola como estaba, ¿en que quería que pensara?

Seguí andando y me situé entre ellos. Parecía que ya se conocían, se daban efusivos abrazos y charlaban animadamente. ¡Cuánto deseé en ese momento que Lucas estuviera aquí conmigo! Justo cuando ya me iba a ir al lado de una pared para no parecer una marginada, la puerta se abrió. Entraron más personas con maletas, tanto chicos como chicas. Al menos el colegio era mixto. Me di la vuelta y ya por fin llegué a la pared. Desde ahí pude tener una mejor visión de la sala. Me agradó ver que no era la única que parecía estar fuera de lugar. Otra vez se volvió abrir la puerta y ahí, delante de mí, se encontraba aquel chico que había visto solo hace unos… ¿minutos? ¿Horas’? ¿Días?

Nuestros ojos se encontraran y una gran sonrisa apareció en su cara. ¡Qué guapo era! Me sonrojé y él empezó a andar hacia mí.

Mi corazón latía a 1000 por hora. ¿Seguro que venía hacía aquí? ¿No giraría de repente hacia la derecha o izquierda y me dejaría aquí de pie como un pasmarote? Una persona se cruzó por su camino haciéndole casi caer al suelo. El chico se disculpó y siguió su camino, y Lucas también. Cuando ya por fin llegó hasta mí, le dediqué una de mis mejores sonrisas.

-Me alegra volver a verte –me dijo Lucas sin para de mirarme, y de sonreírme.

-Yo también me alegro –no me lo podía creer. Le había hablado, ¡y no había tartamudeado! Me sentí orgullosa.

-No he querido llegar antes para no levantar sospechas –me guiñó un ojo.

-Hubiera sido un poco difícil que nos hubieran visto, ¿no crees?

-Bueno –miró al suelo-, por si acaso –me volvió a mirar-. Mejor prevenir que curar.

Reí. ¡Y pensar que me quería atacar cuando estaba escapándome de aquí! Seguimos hablando mientras no paraba de llegar más gente. Tantas voces juntas en la entrada hicieron que Lucas y yo nos tuviéramos que acercar más para podernos oírnos. Me contó cosas de su vida, yo de las mías. Nos parecíamos tanto…

En ese preciso instante, cuando me estaba contando una cosa en el oído debido al ruido ensordecedor que nos rodeaba, apareció mi padre.

Mi cara tuvo que ser todo un poema, porque mi padre se giró y pude ver que una sonrisa aparecía en sus labios. ¡No era justo! Ahora iría a decírselo a mi madre y empezarían las preguntas. Empecé a reírme, nerviosa.

-¿Qué te pasa? ¿Te hace gracia? –me preguntó Lucas, alzando una ceja.

-Sí… ¡No! –Alzó la otra ceja-. Quiero decir… -¿por qué me pondría tan nerviosa?- Acaba de vernos mi padre.

-¿Y qué?

-Que se ha creído otra cosa al vernos así.

-Bueno mujer, tampoco es para tanto, ¿acaso él no fue joven alguna vez?

-Sí –respondí- quizás tengas razón.

-La tengo.

Le miré y le pequé en el hombro. Él me miro, serio.
-Como en una pelea des así, vas a mandar a alguien al hospital.

-¡Qué gracioso!

Nos miramos a los ojos y no pudimos contener la risa. Nuestras carcajadas se oyeron por toda la entrada, cosa que no me extrañó. En ese momento todos se habían callado. Acababan de entrar a la Academia cinco personas, dos chicos y tres chicas para ser más exactos. Sus miradas estaban llenas de odio y de ira, como si no les gustara la compañía. Una chica rubia, que parecía la líder del grupo, analizó cada cara hasta llegar a la mía. Me quedé sin respiración, ¡sus ojos eran totalmente rojos! ¡Rojo cómo el fuego! Agradecí que en ese momento Lucas se pusiera delante de mí, evitando que pudiera seguir viéndola.

-Llegó la diva de Medianoche, ¿no crees?

No le respondí, esos ojos me dieron miedo.

Mucho miedo.

La Cazadora

Este relato lo escribí para el concurso del blog El rincón de los relatos, llevado por Laura, autora del blog La Caja de Pandora, el cual recomiendo que visitéis, tiene cosas muy interesantes ^^
No gané, pero no pasa nada. El relato ganador está muy bien, y está escrito por Isuky, que lleva el blog de Yo leo... Fantástika. Puedes leer su relato aquí.
Y ahora os dejo el mío. Si queréis leerlo desde el blog, pinchad aquí.

La Cazadora se quedó quieta mientras intentaba escuchar el sonido del bosque. Avanzó unos pasos lentamente. Encorvada, sacó una flecha de su carcaj y la puso en el arco.

Oyó un ruido.

Se enderezó para tener un campo de visión mayor.

Nada.

Se encogió y siguió andando, despacio, camuflándose con el bosque, con el ruido de los árboles al soplar el viento.

Otro ruido, más cercano.

Tensó el arco, su objetivo andada por los alrededores, silencioso cuando le convenía.

Se movió un arbusto.

Ahí estaba. Avanzó lentamente, muy lentamente. No respiraba. Un paso en falso y todo esfuerzo se habría esfumado.

Un grito.

Dos pasos, dos eran los que les separaba de su presa.

Otro grito más.

Un paso. Tensó el arco más. Estaba preparada.

Algo se movió a su izquierda. La Cazadora miró hacia ese lado. Error.

Gran error.

A la mañana siguiente, un reguero de sangre apareció en mitad del bosque. Un carcaj, al lado. La flecha, en su presa.

La Cazadora.

Días de verano

Es un song-fic de Harry Potter que escribí hace unos años. La canción que acompaña a la historia es Días de verano, de Amaral.

Todos los personajes son de J. K. Rowling.

Era un día de verano, el 31 de agosto para ser más exactos, y Harry Potter se encontraba en La Madriguera. La boda de Bill y Fleur ya había pasado. Al día siguiente iría a Hogwarts… si, al final decidió ir por un motivo, por Ginny, tenía que hablar con ella, tenía y quería hacerlo, pero ella le ignoraba, y es más, cuando supo que iba a ir, les dijo a sus padres que no quería ir, que la cambiaran de colegio… y eso hicieron. Ya solo quedaba un día para poder hablar con ella…

No quedan días de verano para pedirte perdón
para borrar del pasado el daño que te hice yo


Ella todavía estaba muy dolida cuando Harry cortó con ella, sabía que era lo mejor, pero le hizo mucho daño, le quería… Fue una despedida triste, fue en el funeral de Dumbledore, los dos tenían ese recuerdo en mente todos los días…

Sin besos de despedida y sin palabras bonitas
porque te miro a los ojos y no me sale la voz


Pero Harry se repetía una y otra vez eso era lo mejor, porque si Voldemort la utiliza, no lo iba a poder soportar… Que injusto es esta situación…

Si pienso en ti siento que esta vida no es justa
Si pienso en ti y en la luz
de esa mirada tuya


Solo queda un dia, un dia, tengo que hablar con ella, pero… ¿Seré capaz? Pensaba Harry una y otra vez vaya, empieza a llover, me voy a meter en casa

No quedan días de verano, el viento se los llevó
un cielo de nubes negras cubría el último adiós
fue sentir de repente tu ausencia como un eclipse de sol
¿por qué no vas a mi vera?


Al entrar vio a Ginny tumbada en el sofá, los dos se quedaron mirándose fijamente…

Si pienso en ti siento que esta vida no es justa
Si pienso en ti y en la luz de esa mirada tuya
esa mirada tuya…


Entonces Ginny se fue corriendo, Harry la intentó seguir pero no pudo, ella le acaba de lanzar un hechizo. No quería saber nada de él…

-¡Adiós Ginny, adiós…! -decía Harry gritando-. ¡Te quiero!

Al día siguiente en el expreso de Hogwarts, acompañado de Ron y Hermione, hablaban de Ginny. Decían que en esos días de verano, Harry había cambiado mucho… y que razón tenían…

Desde esos días de verano
vivo en el reino de soledad
nunca vas a saber como me siento
nadie va a adivinar como te recuerdo


-Claro que he cambiado, Ginny no quiere saber nada mas de mí… debe de odiarme -decía Harry apenado.

-No, no te odio -dijo alguien entrando en el vagón, era… Ginny. Harry se levantó y fue a abrazarla.

-Lo siento Ginny, de verdad…

-Harry, he sido una cabezota, perdóname…

-No, perdóname tu a mí, te quiero, solo que no quiero que vivas una vida… injusta.

-Solo será injusta si me quitan de tu lado, tu vida si que ha sido injusta, pero yo voy a hacer que eso cambie, te quiero Harry…

Y se besaron

Si pienso en ti y siento que esta vida no es justa
si pienso en ti...
esa mirada tuya
esa mirada tuya

No quedan días de verano
No quedan días de verano
No quedan días de verano
No quedan días de verano