La playa

Vuelvo a mirar el mar por última vez. Las olas llegan a la arena lentas, sin fuerza. El Sol se oculta tras los picos de las montañas a las que doy la espalda. Sus últimos rayos reflejan un mar cauto, adormecido, como si de un ángel se tratara. Miro más allá del horizonte, donde mar y cielo se fusionan mediante llamas doradas. No sé cuando volveré a verlo. Quizá el próximo año, o puede que nunca más. Por eso lo miro siempre de la misma manera, como si fuera la última. Saboreo este atardecer como si fuera un delicioso postre prohibido, como si le estuviera quitando a Dios parte de su visión…
Escucho mi nombre a lo lejos, ya es la hora de mi partida. Saco la cámara de fotos para llevarme este cuadro de recuerdo. Justo cuando voy a dar al botón, me detengo. No, no puedo, la fotografía no sabría plasmar los sentimientos que transmite este lugar, esta situación. Vuelvo a guardarla en mi bolso. Oigo otra vez mi nombre a lo lejos. Ahora sí que me despido. Espero volver, aunque sea tarde, lo único que quiero es volver… Noto como mi chico se me acerca por la espalda. Sus brazos rodean mi cuerpo y apoya su cabeza en mi cuello, mirando el atardecer con ojos nostálgicos. Volveremos-me dice- ya lo verás. Lo sé- respondo.

2 comentarios:

k bonito!!!!!
me exo a llorar y todo ~~~~(>_<)~~~~

 

Me recuerda a una despedida de un amor de verano. Un relato poético y muy bonito.
Saludos desde La ventana de los sueños.