Mi mejor navidad

Hacía bastante que no actualizaba, pero es por el hecho que, de momento, no me hacía colgar más relatos... hasta hoy. Llevo unos días pensando si subía unos fan fics que hice de Harry Potter o no, y hoy he decidido colgar uno. Participé con él en el concurso de relatos navideños que organizaron en Potterfics en el cual... no gané. Pero no pasa nada, ¡lo importante es participar!

Podéis leerlo aquí, o a continuación, como querais ^_^

Dejar claro que los personajes son todos propiedad de J.K Rowling.

Querida Petunia:¿Qué tal las Navidades? Para mí estas fiestas serán una de las mejores de mi vida como podrás adivinar. Aunque es una pena que te hayas ido de vacaciones con tu marido y tu hijo, me hubiera gustado pasar esta noche con vosotros.Mamá y papá me llamaron hace dos días y me dijeron que les gustaba mucho España, allí no hace tanto frío como aquí.Espero que tengas una buena cena y que no te de mucha guerra Dudley. De momento Harry come bien, pero no nos deja dormir por la noche.Espero verte pronto.
Besos.

Lily Potter.
PD: espero que te gusten los regalos, están en el otro paquete. Y tranquila, los compré en el centro de Londres el otro día.
PD2: llámame cuando recibas la carta.
Dejé la pluma encima de la mesa y cogí la hoja para leerla.
No tenía esperanza de que me llamara, y mucho menos que leyera la carta. La doble y la metí en el sobre mientras la luz de la lámpara se reflejaba en mi vaso de agua. Me levanté y me acerqué a la lechuza. Até la carta a su pata, junto con el paquete de los regalos. Ella se posó en mi hombro y las dos nos fuimos al porche.
-Acuérdate, Helly, deja la carta cerca de la casita pero que no te vean -cogí aire-. Y haz un poco de ruido para que salgan.

Ululó para contestar que me había entendido y echó a volar. Me la quedé mirando mientras desaparecía tras las nubes que tapaban la luna.
-Menos mal que no hay luna llena -dije en voz alta. Acto seguido, miré mi reloj-. Llegarán en 10 minutos -me giré y entré en mi casa.
La chimenea estaba encendida y daba calor a mi hogar. Encima de ella había tres calcetines de Papá Noel con las iniciales J, H y L.
Sonreí.
Me acerqué hasta poder tocar el calcetín de H, o mejor dicho de mi pequeño…

-¡Harry! ¿Por qué me haces esto? -oí a alguien protestar-. ¿Quieres que Canuto me vea hacer el ridículo?

Me giré y vi a mi marido vestido con un traje negro propio de estas fechas. Llevaba a nuestro hijo en brazos.

-Le tengo que volver a cambiar el pañal -me dijo cerrando los ojos.
-Ven, dámelo -se acercó mientras yo estiraba los brazos-. Ya le cambio yo.
-De ninguna manera, ¿con ese traje verde botella de tirantes que te has puesto? Me niego a que se manché -me dio un beso-. A ver si le cambio antes de que lleguen.
Sonó el timbro.
-Demasiado tarde -le contesté sonriendo.
James desapareció tras la puerta. Mientras me acercaba a la entrada pensé como habían cambiado nuestras vidas en estos años. Jamás imaginé casarme con él, y menos tener un hijo suyo.
-¡Sirius! ¡Remus! ¡Feliz Navidad! -exclamé cuando abrí la puerta. Delante de mí se encontraban dos de los mejores amigos de James.
-Lily, todavía no es Navidad -me contestó Sirius. Al igual que James, llevaba un traje negro, pero sin corbata.
-Veo que no has perdido tu sentido del humor, Black.
-Ya sabes como es Sirius, Lily- me contestó el antiguo prefecto de Gryffindor, Remus Lupin-, nunca cambiará.
-¡Qué razón tienes!
-¿Podéis para de hablar de mí como si no estuviera? -contestó Sirius.
Entraron por la puerta mientras me daban un abrazo cada uno. Vi que Sirius guardaba algo detrás de las cortinas, seguro que el regalo de Navidad de Harry.
-¿Dónde está mi ahijado?
-Dándole guerra a James.
-¡Fantástico! -Chasqueó los dedos-. Voy a verle.
Mientras subía las escaleras hacia la habitación de Harry, Remus y yo nos sentamos en el sofá.
-Peter no va a poder venir, me llamó para que te lo dijera - Remus también llevaba traje pero esta vez era gris y con corbata. No quería resaltar la extrema palidez que le acompañaba estos días.
-No pasa nada, ya le llamaré para desearle Feliz Navidad.
-Ya sabes como es él- se estiró en el sofá-, no es muy dado a este tipo de cosas.
-Así comeremos más.
Los dos nos reímos.
-No sé yo, estando aquí Sirius, acabará con toda la despensa.
-Espero que no tengas razón.
En ese momento James entró por la puerta del salón, enfadado.
-Tu hijo -me dijo, señalándome-, ha vuelto a dejarme en ridículo.
-No creo que sea para tanto, cariño.
-Ah, ¿no?
Se dio la vuelta. Tras él aparecieron Sirius y Harry, riendo.
-Este niño cada día me cae mejor.
-Pues te recuerdo, Canuto, que ese niño es mi hijo -dijo recalcando las últimas palabras.
-Lily -me dijo Sirius, serio- ¿Cuándo le vas a decir a James nuestra pequeña aventura?
Mientras Remus, Harry y yo nos echabamos a reír, James empezó a correr detrás de Sirius.
Éste, antes de huir, dejo a Harry en el sofá.
-¡Ven aquí! -Gritó mi marido- ¡Esta te la guardo!
-Era una broma, Cornamenta.
Se giraron a mirarnos. Nuestras carcajadas les recordaron que estábamos aquí.
-¿Os parece gracioso?
-Vosotros si que sois graciosos. ¡Vaya panda crios! -exclamó Remus.
-Venga Lunático, regáñanos como en el colegio -le retó Sirius.
-No- suspiró-. Vamos a cenar.
-Sí, que ya es hora -contesté.
Los cinco nos acercamos a la mesa. La cena ya estaba puesta y caliente. Cosas de la magia.
La cena transcurrió con tranquilidad. Reímos recordando viejos recuerdos mientras veíamos a Harry como intentaba hacer magia con una varita de regaliz totalmente inofensiva.
Ya pasada la noche, todos nos encontrábamos en el salón, charlando.
-Creo que me voy a ir ya -dijo Remus mientras se levantaba.
-Te acompaño hasta la puerta, Lunático -contestó James.
Mientras los dos se iban y Remus murmuraba un "Feliz Navidad", me quedé a solas con Harry y Sirius, ambos durmiendo con la boca abierta en el sofá.
-Elegimos a un buen padrino -dije mientras James volvía al salón
-No sé yo, tengo la sensación de que me robará a Harry.
-¡Qué tonto eres! Sirius nunca nos haría eso.
-Lo sé- se sentó en un sillón haciéndome guiños para que me acercara a él. Me senté sobre sus rodillas-. Aunque no me importaría que se quedara con él esta noche -me besó. Le devolví el beso mientras acariciaba su espalda. ¡Y pensar que durante muchos años le había odiado!
-Si queréis nos vamos -dijo una voz.
Sirius se acababa de despertar y nos miraba con su típica sonrisa picara.
-Quédate a dormir si quieres Canuto -contestó James-, en la habitación de Harry hay una cama.
-Eso haré -se estiró-. Pero me llevaré a Harry conmigo, no quiero que me lo malcriéis.
Se levantó con él en brazos y se acercó. Me dio un beso en la mejilla y palmeó la espalda de James.
-Pasad buena noche -guiñó un ojo-. Y Feliz Navidad.
-Feliz Navidad -contestamos a la vez.
Subió las escaleras despacio para que mi hijo no se despertara y entraron en su habitación, cerrando la puerta.
-Espero poder celebrar más navidades así, en paz y armonía, todos juntos -me miró- aunque espero que en la próxima este Peter.
-Ya veras las maravillosas navidades que tendremos James -le abracé-, y junto con Harry, serán aún mejor.
-Eso espero Lily -me volvió a besar- eso espero.

1 comentarios:

Vaya, una historia estupenda. Este miércles fui a ver Harry Potter y el príncipe mestizo con mi familia. Se me hizo corta. Y leyendo tu historia se me hace raro que sus padres ya no estén junto a él. Creo que esa es de los grandes méritos de Harry, porque gracias a ese detalle Harry es quién es. Luchador y valiente como su padre, y sensible como su madre.

Saludos desde La ventana de los sueños.